Dentro del condicionamiento operante, existen diversas técnicas en las cual es posible evaluar y controlar la conducta de los sujetos, específicamente a continuación se evaluará de forma sencilla de que se trata cada una de estas técnicas.
1.- Reforzamiento Positivo:
El fin último de dicha técnica es el incremento de la frecuencia de la conducta, esto se logra al proporcionarle al sujeto un estímulo agradable para el mismo una vez realizada la conducta, para ello, es necesario realizar un análisis de los elementos que resultan estimulantes o agradables para el sujeto, ya que lo que puede ser interpretado como gratificante para unos puede no serlo para otros. Este tipo de reforzamiento también es conocido, como reforzamiento por presentación de reforzador, puesto que a diferencia de otros se busca la probabilidad del incremento de la conducta presentando un evento como consecuencia de la misma (Bados y Garcia, 2011 y Chertok, 2006).
Es importante señalar que no necesariamente los reforzadores positivos pueden considerarse como agradables o premios, de hecho los reforzadores positivos no se definen por el valor que tienen sino por el efecto que éstos poseen sobre la conducta, si el efecto que tiene el reforzador sobre la conducta es el de aumentar la probabilidad de ocurrencia de la misma, es considerado un reforzador positivo. Un ejemplo de ello es que ante una conducta inapropiada para un niño como lo es “el berrinche”, éste reciba un golpe a consecuencia de la misma y dicho golpe cause el efecto de incrementar el berrinche, es posible afirmar que el golpe funciona como reforzador positivo para la conducta de berrinche de dicho niño.
2.- Reforzamiento Negativo:
En cuanto a la técnica del reforzamiento negativo, consiste en la supresión de algo o la “quitar” un elemento que es considerado por el sujeto como aversivo, para así mantener o incrementar la probabilidad de ocurrencia de la conducta, a diferencia del reforzamiento positivo, en el reforzamiento negativo la consecuencia de la conducta en vez de ser otorgada es la retirada o prevención de un elemento negativo para el sujeto(Bados y Garcia, 2011 y Chertok, 2006).
En tal sentido, un ejemplo cotidiano de reforzamiento negativo por evitación es la utilización de el preservativo, como medio de evitación para el contagio de alguna enfermedad venérea, así como también, la ingesta de alguna aspirina para aliviar un dolor en el cuerpo.
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